Dos presuntos delitos de tentativa de asesinato, otro de atentado a agentes de la autoridad y uno más de tenencia ilícita de armas. La jornada de locura que protagonizó este miércoles, al atrincherarse con un arma de fuego durante quince horas en su domicilio de 'Los nueve pisos', puede acabar costándole muy caro a Julio G.Q., pues los cargos que se le imputan suman penas que podrían superar ampliamente las dos décadas de cárcel. Es lo que tiene haber disparado supuestamente contra dos agentes, un policía local y un integrante de los Grupos de Operaciones Especiales (GOES) del Cuerpo Nacional de Policía, en este último caso cuando ya estaba a punto de ser detenido por la fuerza en su dormitorio.
Aunque durante las largas horas en que se hizo fuerte en su vivienda todos los datos apuntaban a que este hombre, toxicómano de unos 40 años, estaba atravesando por una grave crisis mental y que se encontraba por completo fuera de control, lo cierto es que los especialistas del Servicio de Psiquiatría de La Arrixaca no tardaron en darle el alta médica. Julio G.Q. fue reducido y detenido por los agentes de los GOES hacia las once y veinte de la noche del miércoles y conducido hasta una unidad especial de la Ciudad Sanitaria, que está preparada para hospitalizar a detenidos con las máximas garantías de seguridad.
Después de apenas doce horas internado, los médicos le otorgaron ayer a mediodía el alta hospitalaria, al considerar que ya había superado la situación de crisis, lo que permitió a la Policía Nacional hacerse cargo de su custodia en las dependencias de la Jefatura Superior de Policía de Murcia.
Mediada la tarde, y una vez que la familia del detenido hubo designado como abogado a Raúl Pardo-Geijo Ruiz, los agentes responsables de la investigación lo condujeron de nuevo hasta su domicilio para que estuviera presente durante el registro. Fuentes próximas al caso confirmaron que el principal propósito de esta diligencia era recabar pruebas acerca de los disparos -dos, en apariencia- que Julio G.Q. presuntamente realizó contra los policías que trataron de detenerlo.
Los agentes, pertenecientes a la Policía Científica, buscaron casquillos y huellas de impactos de bala -hallaron dos agujeros en sendas puertas-, pues esos datos serán fundamentales a la hora de sostener la imputación de los dos delitos de homicidio en grado de tentativa.
Esas pruebas recabadas ayer tarde serán también de gran relevancia a la hora de orientar el interrogatorio policial al acusado, que previsiblemente se desarrollará a lo largo de esta mañana.
Fuente la verdad.es