“¡Vamos carallo!”, gritaba José Mourinho a sus jugadores. El mánager se mostró animado durante el entrenamiento del Madrid celebrado ayer en el viejo estadio del Besiktas, el centenario complejo deportivo adyacente al palacio Dolmabaçe, en la orilla del Bósforo. Caía una llovizna persistente y el viento del mar enfriaba el aire mientras los jugadores hacían sus rondos y sus partidos en campo reducido. Puro toque, puros ejercicios de posesión, para deleite de la muchedumbre de jóvenes que acudieron a verlo. Pepe se retiró después de dar un par de vueltas al campo y sentir molestias musculares. Casillas entrenó con normalidad, junto a Adán, Diego López y Jesús. Cuatro porteros se llevó Mourinho al partido de vuelta con el Galatasaray (20.45 horas, Turk Telecom Arena) con el argumento de que se impone estar todos juntos porque la convivencia es saludable aunque la eliminatoria parezca completamente resuelta después del 3-0 de la ida.
“Convoqué a los cuatro porteros porque no quería dejar a Jesús solo entrenándose en Valdebebas”, explicó Mourinho. “Porque somos un grupo. Cuando fuimos a Manchester también llevamos a cuatro porteros, a pesar de que Casillas en ese momento no podía jugar. Ahora se han quedado Kaká y Carvalho lesionados, y los dos jugadores sancionados, Xabi y Ramos… Pero hasta Nacho ha venido a Estambul esta tarde. Se quedó jugando con el Castilla pero siendo jugador del primer equipo lo hemos querido traer”.
Las críticas del exdirector deportivo madridista Arrigo Sacchi a Casillas, a quien acusó de no entrenarse bien entre 2004 y 2005, inspiraron a la prensa a pedirle a Mourinho que diera su opinión al respecto. Le preguntaron al mánager si era posible que un jugador que no se entrenara bien llegase a jugar 136 de los 153 partidos oficiales que ha dirigido él en el Madrid. “Depende de la oposición que tenga”, respondió el mánager, consciente de que hablaba de Casillas. “Si es un jugador que tiene una oposición directa, fuerte, diaria, exigente, que te presiona cada día para estar en el top de tu forma, yo diría que es imposible porque jugaría el otro. Si es un jugador que no tiene gran oposición, que se siente tranquilo, protegido, e intocable puede pasar”.
Mourinho dio a entender que el capitán se había aburguesado y que solo la competencia de Diego López le ha devuelto a la senda de la excelencia. “A mí el pasado me interesa poco”, dijo, cuando le preguntaron si cree que Casillas se ha entrenado mal en el pasado. “Me interesa más el presente, y sobre todo el futuro. Yo sólo puedo decir que Casillas está entrenando muy bien. No bien, sino muy bien. Y eso es bueno para él y es bueno para el Madrid. Y por supuesto es bueno para mí y para sus compañeros”.
En Valdebebas dicen que Mourinho planificó darle la titularidad a Casillas en las semifinales de la Champions. Por sus palabras elogiosas de ayer, las primeras que dedica en tono positivo al portero, da la impresión de que el mánager sigue adelante con su idea original. Casillas no jugará de titular contra el Galatasaray, en cualquier caso. Ahora, a Mourinho le ocupa la reforma de la zaga. “Pepe”, observó el mánager, “ha tenido un problemilla muscular contra el Levante. Es duda. Si no juega, lo hará Albiol. Y la confianza que tengo en Albiol es igual a la confianza que tengo en Pepe”.
Mourinho dedicó buena parte de su exposición a contar su labor de psicólogo de grupos. Dijo que ha dedicado varias charlas a estimular a sus jugadores a no dar la eliminatoria por ganada. “Les digo a mis jugadores que si perdemos 4-0 o 5-1, o en penaltis, nos eliminarán y será una situación muy mala porque todos esperan que pasemos”, afirmó. “Tenemos todo que perder y nada que ganar. Mi desafío es que no piensen en el 3-0 sino en un partido. Cuando piensas así juegas para ganar. Les digo: ‘¡Olvídense que esto es una eliminatoria y que van 3-0! ¡Piensen que esto es un partido de fútbol y hay que ganarlo!”.
Más allá del prudente discurso público, prevalece el optimismo. Mourinho repite a sus ayudantes que la eliminatoria está prácticamente ganada desde que conoció el sorteo. Con el 3-0, el clima es de máxima serenidad. Se vio en el entrenamiento y se vio en el paseo matinal de Florentino Pérez por los pabellones del palacio de Topkapi, antigua sede de los sultanes otomanos. Reconocido por los viandantes, el presidente se vio pronto rodeado de emocionados turcos a la caza de un recuerdo, una foto, o un autógrafo.
Fuente: elpais.com